sábado, septiembre 02, 2006

2B1: la última conquista de la Ilustración.


Todos somos conscientes, hasta el aburrimiento, de la profundidad y el alcance de los cambios que la informática ha introducido en nuestro mundo. Estamos inmersos en una revolución informática. Jamás tanto conocimiento estuvo al alcance de tanta gente. Y el conocimiento es poder. La democracia, y por ende, la justicia, sólo son posibles sobre la base de un acceso libre al conocimiento. Y sin embargo también en el acceso y la producción de conocimiento existen grandes desigualdades. Me atrevería a decir que en esta fundamental desigualdad se fundan todas las demás. Por ello el 2B1 es un modelo de ordenador revolucionario. Y sin embargo, no incluye potentes sistemas para acelerar la presentación de gráficos en 3D, no cuenta con equipo de sonido multicanal, no tiene disco duro y la batería se recarga volteando una manivela. Se trata de un aparato que reúne todas las virtudes para no estar en el catálogo de Media Markt, y no porque seamos tontos, sino porque somos ricos. El aparato cuesta 100 $ y es el resultado de los esfuerzos de la ONG "One Laptop per Child" (OLC) . El objetivo es venderlo por millares a los gobiernos de los países más desfavorecidos para que sean repartidos entre los niños. Con este pequeño ordenador podrán comunicarse, escribir, estudiar, realizar cálculos, y, sobre todo, acceder a internet. Se trata de una auténtica conquista del espíritu de la Ilustración, en el sentido más hermoso de la palabra. Este aparato supone un avance no sólo tecnológico, sino moral.
Pero, es necesario que los artífices del proyecto no se den por satisfechos con el mero diseño. Deben tener en cuenta el factor humano y las especiales condiciones de sus destinatarios. ¿Cómo recibirán los niños este artefacto? ¿qué opinarán sus familias? ¿Se limitarán a repartirlo o habrá un programa de formación e integración? ¿Realmente habrá una distribución justa de los aparatos? Y una vez distribuidos, ¿los diferentes gobiernos favorecerán la libertad en las comunicaciones? Perdonen mi pesimismo, pero mucho me temo que las esperanzas que abre esta nueva tecnología se intoxiquen con el aliento de Leviatán. Ojalá que no.

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